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Todos los relatos cortos y personajes de este blog son ficticios. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia

jueves, 26 de enero de 2017

Relato: Castigo

Nuevo relato del reto Story cubes, podéis ver el vídeo de cuando lancé los dados aquí:



dados con los que me inspiré para hacer el relato corto castigo Castigo

Cuando los gnomos descubrieron que Geom, el más joven de los de su especie, se había dejado ver por un humano, decidieron hacer de él un ejemplo mediante un castigo terrible: cogieron sus diminutas hachas y talaron furiosos la seta del infractor. Por desgracia, estaban tan inmersos en sus ansias de castigar a Geom que no se dieron cuenta de que un turista humano se había acercado a ellos hasta que no hubo tirado unas cuantas fotos con su cámara.
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martes, 24 de enero de 2017

48 trozos de fantasía y ciencia ficción. ¡Mi nuevo libro!

Para esta nueva antología he hecho una selección por géneros: todos los relatos que aparecen son de fantasía y ciencia ficción. Ha sido duro seleccionarlos, porque tenía un montón y he tenido que dejar fuera algunos que me encantan, pero quería que tuviera exactamente el mismo número de páginas que 126 trocitos. ¿Qué os parece?
Género: relatos cortos, fantasía, ciencia ficción
ISBN: 978-1542686778
P.V.P papel: 5,5€
P.V.P. digital: 0,99€
Formato: 146 páginas. 5,5″ x 8,5″, rústica
Sinopsis: Personajes asesinos, demonios bendecidos, aspirantes a magos, aventureros, cámaras de televisión que intentan sobrevivir a un sangriento reality espacial, dragonas, djins o científicos marcianos: todos ellos, y muchos más, son los protagonistas de estos relatos que Déborah F. Muñoz escribió entre 2008 y 2016. Algunos son brutales y sangrientos, otros tienen un toquecillo de humor o son pura aventura. Lo único que tienen en común, aparte de una autora que no suele recurrir siempre a las mismas criaturas, es que todos son de fantasía o de ciencia ficción.
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sábado, 21 de enero de 2017

¿Me retas con una palabra?

Reto vuestras consignas mi relatoYa sabéis cómo va... Necesito tres consignas, cualquier palabra, que me daréis vosotros por comentario (por aquí, por facebook... lo mismo da).
Podéis dar hasta dos consignas por persona. Bueno, a veces admito tres.
Se elegirán las tres primeras que se digan. Puede que más, si me encajan. Y si se diera el extraño caso de que hubiera muchas palabras, haría dos relatos en vez de uno.
Se tendrán en cuenta sugerencias respecto a los nombres de personajes, pero eso dependerá del relato en cuestión (no es obligatorio).
A partir de todo eso, haré un microrrelato de no más de una página de word.
Así que... ¿qué palabras proponéis?
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jueves, 19 de enero de 2017

Pregunta lo que quieras: preferidos, libros ilustrados y bloqueos


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martes, 17 de enero de 2017

Invierno y su banda, un relato

Por fin volvieron los ejercicios de Adictos a la escritura, aunque esta vez se daba mucho más tiempo para realizarlos. En esta ocasión, el ejercicio consistía en hacer un relato que se centrara en el invierno, y esto es lo que se me ha ocurrido:

Invierno y su banda 

Invierno y su banda se preparaban para dar su golpe maestro. Poco a poco se iban recuperando de su derrota frente a esa odiosa Primavera y sus secuaces, y ya casi habían recuperado toda la fuerza que perdieron en esa gran batalla. No obstante, debían esperar al momento oportuno: no podían ni pensar en enfrentarse a Verano sin que ambas bandas se destruyeran por completo la una a la otra y Otoño salió de su batalla contra Verano tan fortalecido que no merecía la pena atacarle de inmediato. Así pues, Invierno contuvo a sus secuaces hasta que llegó el momento preciso y les obligó a tener paciencia.
Comenzó por sobornar a uno de los secuaces de Otoño. Lluvia era un conocido chaquetero que, aunque prefería trabajar para Primavera y Otoño, no tenía inconveniente en hacerlo para Invierno y, en contadas ocasiones, para Verano. Así pues, Invierno aprovechó un descuido de Otoño para buscar a Lluvia y sobornarle para que se dejara enfriar antes de caer sobre los incautos humanos.
Su segundo paso fue reforzar al grupo de secuaces que se encargaba de obligar a Noche a trabajar más horas y de mandar a Día a casa antes de tiempo. Otoño ya se había encargado de esa tarea, pero prefería que fueran los de su banda los que controlaban a Noche y Día.
Luego se encargó de que Viento del norte derrotara a Viento del Sur, lo que mandó una ola de frío en el continente. Aun así, Otoño fue lo bastante fuerte como para contraatacar y las temperaturas volvieron a subir, pero cada nuevo ataque que lanzaba Invierno le hacía perder fuerza y poco a poco empezó a ceder en ese frente.
Entre tanto, mandó a algunos secuaces a quitarle las hojas a los pocos árboles de hoja perenne que aún la conservaban: tenía la intención de que, en cuanto reinara, desapareciera esa alfombra de hojas que tanto simbolizaba a su odiado adversario.
Aunque Día estaba controlado y cada vez duraba menos, Sol seguía brillando con fuerza, así que Invierno concentró sus esfuerzos en Noche y, mientras ella duraba, mandaba a su subordinado, Escarcha, que con un pequeño grupo de amantes cubrían todo cuanto tocaban por una capa de hielo que cada día era más firme y gruesa. Invierno se divertía mucho con esto, ya que a esa altura muchas criaturas decidían esconderse en sus agujeros y, las que seguían en funcionamiento durante su reinado sufrían terribles inconvenientes. Le hacían gracia especialmente los humanos, que sufrían de lo lindo rascando el hielo de sus odiosos coches, que tanto habían ayudado a Verano a hacerse más fuerte durante los periodos en los que su banda era la predominante y que tantas molestias causaba a Frío, pues cada vez tenía que esforzarse más por hacer bien su trabajo.
A estas alturas, Invierno era el dueño indiscutible, pero el incansable Otoño seguía insistiendo en no dejar su puesto e incluso pidió a Anticiclón que interviniera para que hubiera unos días de Sol y el pobre Frío tuviera más difícil imponerse. Pero Invierno hizo venir a Borrasca, que se encargó de alejar a Anticiclón, lo que permitió a que la banda de Invierno acabara de asentarse: para cuando Anticiclón volvió, ni siquiera Sol era rival para ellos.
Lo primero que hizo Invierno cuando alcanzó el poder fue dejar a Frío al mando unos días y darse una vuelta por el mundo mortal. La mayoría de los humanos le maldecían y deseaban que su reinado acabara pronto, pero algunos se sentían aliviados de que Calor se hubiera marchado por fin. Aun así, esos tontos mortales seguían buscando a Calor e incluso habían inventado unas máquinas infernales para alejar a Invierno y sus secuaces de sus hogares. «Al menos», pensó, «no somos los únicos a los que odian: cuando reina Verano también intentan combatir a Calor trayendo a Frío gracias a su máquinas, lo cual me parece muchísimo más juicioso que hacerlo al contrario. E incluso han inventado pistas de nieve y hielo para simular mi reino en algunos sitios, y esos aparatos que llaman neveras para mantener a Frío en sus casas todo el año sin interrupción, cosa que no hacen con Calor, que debe conformarse con ser usado solo cuando van a cocinar».
En estos paseos por el mundo mortal, Invierno se topaba con viejos conocidos a los que no soportaba, pero que se aprovechaban de su reinado para hacerse más fuertes, como con Gripe y Resfriado. El líder de la banda, no obstante, los tenía que tolerar, ya que no había manera de quitárselos de encima, a pesar de que conseguían que los humanos le odiaran más.
Por suerte, para combatir esa mala imagen tenía un aliado perfecto: Navidad. Había empezado siendo corta, pero cada año parecía durar más y la mayor parte de la gente se contagiaba con su espíritu festivo y alegre. A Invierno le caía muy bien Navidad, pero cuando la vio ese día, recién ganada su batalla contra Otoño, huyó de ella como todos los años.
—¡Espera, Invierno, espera! —le gritó entonces Navidad—. ¿Este año traerás nieve cuando yo esté en mi apogeo?
—No sé, Navidad —respondió Invierno, evasivo—. Todavía estamos asentándonos y Nieve no suele venir a las zonas más bajas hasta que Frío está en su punto álgido, y solo si Borrasca decide pasarse...
—Inténtalo, por favor. Los Inviernos de otras regiones, en especial los del norte, tratan mucho mejor a sus Navidades. ¿No has oído eso de Navidades Blancas? ¿Por qué nunca puedo ser una Navidad Blanca?
—Ya te he dicho que haré lo que pueda, Navidad, pero ya sabes cómo es Nieve.
—¡Pero tú eres el líder de la banda! Algo podrás hacer para que te haga caso...
—Lo intentaré, de verdad que lo intentaré. Ya sabes que a mí me interesa más que a nadie que Nieve salga cuanto antes, pero es tan perezosa... —fue lo único que pudo prometer Invierno, que se propuso conseguirlo este año.
Así pues, volvió al cuartel general y comprobó complacido cómo Frío se había fortalecido. Le pidió que siguiera haciéndolo mientras hablaba con Viento del norte y con Borrasca para invitarles a su reino el veinticuatro de diciembre. Ese mismo día llamó a Nieve, que estaba adormilada, pero se espabiló en cuanto vio a sus dos amigos. Borrasca estaba charlando con Lluvia, pero Nieve pegó un puñetazo a ese mindundi y, tras dar dos besos a sus amigos, salió con ellos a hacer su magia. Invierno, satisfecho, recibió una nota de agradecimiento de Navidad, a pesar de que Nieve no consiguió cuajar, y continuó con sus planes de expansión.
No obstante, todo reinado llega a su fin y, para cuando llegó abril, sus secuaces estaban un poco cansados. Primavera, que había estado a la espera y ya había conseguido engañar a los secuaces de Invierno para que Día fuera más largo y Noche trabajara cada vez menos, pidió en secreto a Lluvia que volviera con ella, cosa que ella, harta de los desprecios de Nieve, hizo encantada. Así pues, cada vez fue cayendo menos fría.
Entre tanto, Viento del norte perdía cada vez más a menudo contra sus hermanos y Calor comenzó a librar grandes batallas contra Frío, lo cual hizo que este se debilitara cada vez más. Debido a esto, Escarcha y sus amantes cada vez tenían más difícil hacer su trabajo y no tardaron en dejarlo al ver que sus intentos se fundían cada vez más rápido y que Rocío comenzaba a hacer su aparición.
Finalmente, Invierno, frustrado, tuvo que ceder el trono a Primavera, aunque un par de veces hizo el intento de recuperarlo, más por orgullo herido que por otra cosa, sin ningún éxito. No le quedó más remedio que resignarse y, tras unos meses tan deprimido como el resto de su banda, se puso en marcha de nuevo. Les animó como pudo, les pidió que recuperaran fuerzas y comenzó a planificar la campaña del próximo año: con verano no podría, pero seguro que Otoño le derrotaba, y ese idiota era fácil de vencer...

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jueves, 12 de enero de 2017

Relato: Chamullar para nada

Este es un nuevo relato hecho con una palabra olvidada: chamullar. Significado: hablar.

Chamullar para nada

Egea quería que cambiaran el sofá del salón, pero sabía que su compañera de piso, Manoli, se negaría y se preparó para la acción: había descubierto que, si hablaba sin parar y muy deprisa, a la pobre Manoli no le daba tiempo a procesarlo y acababa por aceptar cualquier cosa que hubiera propuesto. No obstante, esta vez no se iba a salir con la suya, porque su compañera ya sabía que, cuando se ponía a chamullar de esa forma, era porque quería conseguir algo que a ella no le iba a gustar. Así pues, intentó sin éxito seguir lo que Egea le estaba diciendo y, cuando se perdió, se limitó a mirarla con ojos vacíos y a decir «No» cuando acabó.
—¿En serio? Qué pena —preguntó Egea, desconsolada.
Era la primera vez que el truco fallaba y Manoli decía «No» en vez de «Vale». Tendría que buscar otra táctica: chamullar era agotador, y hacerlo para nada era tontería. Así pues, se fue a su habitación para pensar en una nueva forma de manupular a su compañera.
Manoli, por su parte, se sentó en el viejo sofá, en el que era incapaz de coger una postura cómoda, y pensó:
«Quizás debería averigüar qué quería y negociar con ella: yo acepto su propuesta si ella acepta que cambiemos este estúpido sofá».
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lunes, 9 de enero de 2017

En mis manos La magia de los cuentos

yo con La magia de los cuentos
Ya me llegó la antología solidaria La magia de los cuentos. Mis ilustraciones (tanto de mi relato como de otros) y mi cuento han quedado genial, estoy muy contenta..
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jueves, 5 de enero de 2017

Camisas blancas, un microrrelato

Nuevo relato con una palabra olvidada. Hoy elegí Albear. Significado: blanquear

Camisas blancas

Justiniano estaba cansado de albear la camisa de Carlos. Cada vez que su marido se iba de viaje de negocios, volvía con la ropa lavada quién sabía dónde, pero el trabajo esta vez era una chapuza: había manchas rosadas, apenas perceptibles salvo para Justiniano, que amaba el blanco puro. Así pues, se acercó a su amado con la camisa en la mano y le espetó:
-En el próximo congreso al que vayas, ¡bebes vino blanco en vez de tinto!
-Vale -le prometió Carlos, mientras pensaba que, la próxima vez que fuera a una misión para asesinar a alguien, se pondría una camisa de cualquier otro color que no fuera blanco. Aunque no le gustara cómo le sentaban el resto de colores. Justiniano parecía tener un radar cuando se ponía una blanca y la manchaba con la sangre de sus víctimas. Afortunadamente, también era un poco ingenuo y nunca se le ocurría que el vino no salpicaba en gotitas tan pequeñas cuando se derramaba.

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domingo, 1 de enero de 2017

De nuevo nominada, recomendaciones...

¡Feliz año nuevo! Este año ha sido muy productivo, como podéis ver en los balances de mi 2016 como autora y mi 2016 como lectora/cinéfila. Pero los dos últimos días me llevé varias gratas sorpresas.

La primera. Podéis votarme en los premios infinitos tanto en la categoría de Mejor escritora como en la categoría de Mejor libro de ciencia ficción (está Atrapada en otra dimensión, aunque en realidad es fantasía, no ciencia ficción, lo repito).
También en La puerta de los libros infinitos ha salido destacado Amigos o algo más en el balance del año.
Además, ¿Dónde está mi tiempo? recibió su primera reseña por parte de Yolanda Mármol ¡y es estupenda!
Lo único que ensombreció mi alegría fue un idiota preguntando dónde podía descargar ilegalmente mi libro porque una amiga le había prometido favores sexuales si se lo conseguía. Al margen de que ella se vende muy barato (el ebook de Amigos o algo más vale 2,99€ en Amazon) y que él es un cutre de cuidado, me molesta profundamente que yahoo ignore mis peticiones para que se retire la pregunta y sus posibles respuestas.
Pero bueno, seguiré luchando por defender mis derechos y para que se retire esa pregunta tan denigrante, al igual que sigo denunciando cada enlace a descargas ilegales de mis obras.
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