Este es el proyecto de este mes. Tenemos una imagen y hacemos relatos por parejas. Mi compañera es Charo Arqued y la foto se ha perdido con los años, pero era bastate siniestra.
El viejo médico
El viejo médico daba
mucho miedo a los niños: siempre de negro, siempre con una bandada
de cuervos a su alrededor. Los adultos siempre les tranquilizaban, ya
que a pesar de su apariencia era un doctor excelente, capaz de curar
de cualquier enfermedad a todo el mundo, y decían que los cuervos le
acompañaban solo porque les alimentaba desde que eran polluelos y
no porque fuera un monstruo, como creían los pequeños.
No obstante, lo que los
mayores no percibían era que por cada paciente salvado otras dos
personas iban perdiendo las fuerzas y se profundizaban sus arrugas,
como si envejecieran un poco cada vez que el doctor realizaba sus
sanaciones. Por eso el médico no solía acercarse a los chiquillos,
porque si les arrebataba la fuerza vital se notaría demasiado. Los
adultos tampoco se habían dado cuenta del cambio que había sufrido
Dilon, un joven adolescente de gran vitalidad al que el viejo había
contratado como ayudante. Ahora era apenas una sombra, apático,
siempre serio, pero ellos no se preocupaban y se limitaban a decir
que el joven había madurado.
Pero la fachada del
doctor no podía durar mucho más, y cuando la epidemia de gripe
atacó se vio en un serio aprieto: prácticamente todos estaban
enfermos y no podía robar la fuerza vital de los pocos sanos que
quedaban, porque en cuanto lo hacía éstos se debilitaban y eran
atacados por la enfermedad. Desesperado, lo intentó con los niños,
pero éstos estaban en guardia y no permitieron que les cogiera.
Incluso delirantes de
fiebre, los adultos no pudieron dejar de advertir lo anormal del
comportamiento de su doctor, que se dedicaba a perseguir a los niños
en vez de curar a los enfermos e incluso llegó a ordenar a sus
cuervos que acorralaran a los chiquillos para poder llegar hasta
ellos y robarles las fuerzas. Así pues, los pocos que aun tenían
fuerzas para levantarse se dirigieron hacia él con cualquier cosa
que pudieran usar como arma y se las arreglaron para echar del pueblo
al médico y a sus siniestros animales, a pesar de que éstos se
volvieron locos e intentaron atacarles. Finalmente, el viejo se
marchó por el nevado sendero y nunca más regresó.
Algunos murieron ese
invierno, ya que el joven Dilon, al que se veía más enérgico desde
que su maestro desapareció, no tenía la pericia del doctor. Pronto,
los supervivientes comenzaron a lamentarse porque habían hecho que
se marchara el mejor médico que podían encontrar, y achacaron lo
que vieron a los delirios producidos por la fiebre. Pero los niños
siempre sabrían la verdad y, cuando muchos años después apareció
un viejo de negro acompañado por una bandada de cuervos en el pueblo
para ofrecer sus servicios como médico, ni siquiera hizo falta
discutir el asunto para decirle que volviera por donde había venido.
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Todas las historias y personajes de este blog son ficticios. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia.